Opinión

El regreso al Camp Nou se puede retrasar a la próxima temporada

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FCB

La marcha de las obras del Camp Nou, a día de hoy, constituye un misterio indescifrable. Avanzan a buen ritmo pero no cumplen los plazos previstos a pesar de que hay 2.500 trabajadores sobre el terreno. A nadie puede sorprender que una construcción de tal envergadura acuse retrasos y levante todo tipo de especulaciones. Hace un año se dijo que para la celebración del 125 aniversario -29 noviembre 2024- se podría abrir el estadio con una capacidad para 64.000 espectadores. Después se anunció que se retrasaba a enero y ahora se habla de febrero. Se acumulan tres meses de retraso y la propia constructora vislumbra que antes de abril será difícil conseguir los permisos para abrir puertas. Una cosa son los deseos y otra la realidad.

Por otro lado, hay un tema que preocupa, conseguir los permisos de apertura con la tercera gradería y el cobertizo en construcción. El Ayuntamiento y los Bomberos exigirán máximas garantías de seguridad para los aficionados. No es fácil compaginar tres o cuatro partidos al mes con obras de envergadura, ya que ralentiza los planes de ejecución y complica los accesos. La UEFA no autoriza un cambio de escenario a partir del inicio de la segunda fase lo que significa una presión añadida.

La seguridad, prioritaria

Aunque el club todavía no se lo ha planteado, comienza a tomar cuerpo la idea de que quizás lo más inteligente es no forzar la máquina para volver en precario esta temporada al Camp Nou, esperar a septiembre. En estos nueve meses –de diciembre a agosto- se podrían acelerar las obras al máximo construyendo el anillo de palcos VIP, levantando la tercera gradería y dotando al recinto de las medidas de seguridad necesarias. No sería un drama continuar hasta final de temporada en Montjuïc, ya que la excelente marcha del equipo asegura buenas entradas. Los socios entenderían la decisión de esperar unos meses más a cambio de que así se puedan cumplir los plazos y el estadio esté totalmente acabado para el inicio de la temporada 2026/27.

Ejercicio de Realismo

Es cuestión de ser realistas. Hay que analizar a fondo los problemas de ir al Camp Nou en marzo para jugar allí los últimos tres meses de la temporada con el campo en plenas obras, patas arriba. Mejor esperar a septiembre y que la constructora pueda desarrollar un nuevo plan de acción trabajando nueve meses a plena producción sin tener que parar cada semana por los partidos. Las dificultades hay que afrontarlas de cara para evitar desengaños. Es complicado desafiar riesgos y obligar a los aficionados a acudir a un estadio sin las condiciones adecuadas. 

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Abrir un recinto deportivo para más de 64.000 aficionados con medio estadio por finalizar no tiene precedentes, es muy complicado. Acabar la temporada en Montjuïc sería un mal menor y podría servir para asegurar un Camp Nou con toda la estructura acabada en septiembre. No es lo previsto, pero quizás sea lo aconsejable.