Opinión | Tuercebotas

Vinicius y Florentino, fábrica de antimadridistas

Los blancos son percibidos por las otras hinchadas como un club engreído, mal perdedor y con actitudes poco deportivas

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Las reacciones del Real Madrid en la redes sociales al Balón de Oro 2024 / Perform

Un amigo madridista se lamentaba tras el plantón del club a la ceremonia de entrega del Balón de Oro: “Ahora vamos a caer todavía más mal”, comentó, apesadumbrado. Cuesta no darle la razón: la decisión del Real Madrid de plantar a los organizadores del trofeo cuando se enteró, de manera sutil, de que Vinicius no sería el ganador fue pésima. La imagen del club quedó muy dañada a nivel internacional, porque fue en contra de cualquier sentido elemental de ‘fair play’. No cuesta imaginar que en los campos de la Liga, Vinicius sea recibido ahora al grito de Balón de Oro o de Balón de Playa. Los memes en redes han sido crueles; la prensa internacional, inmisericorde. La imagen de soberbia transmitida por el club, y también por el jugador brasileño, costará olvidar. 

A menudo he escuchado a amigos madridistas lamentar la impopularidad del club en el resto de España. Afirman que los blancos son recibidos en la mayoría de campos con mayor hostilidad que el Barça, y que los equipos adversarios se emplean con más intensidad contra el Madrid que contra los azulgranas. Citan a las aficiones del Atlético, del Valencia, de los equipos del norte de España o las de Galicia como ejemplos de recibimientos más hostiles de lo que sería razonable. De un tiempo a esta parte, las visitas del Real Madrid a Mallorca o a Sevilla tampoco son sencillas. 

El auge del antimadridismo

No se trata tan solo de comentarios de aficionados. Afamados comentaristas en la prensa deportiva han escrito mucho sobre el auge del antimadridismo, que consideran incomprensible y atribuyen al hecho de que el Madrid gana mucho y a menudo, y que el ganador siempre es odiado. En términos de títulos españoles, la afirmación no se sostiene: desde la temporada 1999-2000, el Madrid ha ganado 11 Ligas, el Barça, 10, el Atlético de Madrid, 3 y el Valencia, 2. En Copas del Rey, en el mismo período de tiempo, el Madrid ha ganado 3 títulos, los mismos que el Valencia, por los 7 del Barça. En España, Madrid y Barça han ganado prácticamente lo mismo en lo que llevamos de siglo. 

¿Cae mejor el Barça que el Madrid en el resto de los campos de España? Cada uno lo cuenta como lo siente, y más aún en fútbol, reino por antonomasia de la subjetividad. El Barça se enfrenta a aficiones muy aguerridas y a equipos muy motivados allí donde juega. En el recibimiento a los azulgranas a menudo entra en juego un elemento político que el Madrid solo se encuentra en algunos campos. Los dos equipos son los grandes de la Liga, y como tal tienen un balance de victorias y de ayudas arbitrales por encima del resto. 

Más allá de estos rasgos, sí es cierto que el Barça ha cultivado mejor imagen que el Madrid en este siglo. En el pulso histórico entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo, el argentino gozaba de mejor reputación (dentro y fuera del campo) que el portugués. Los jugadores del Barça, muchos de ellos no fichados, sino formados en la Masia, formaron la base de la mejor selección española de la historia, y ahora parece que de nuevo se está formando una nueva hornada, encabezada por Lamine Yamal. Para contrarrestar a este Barça imparable, el Madrid se echó a los brazos de José Mourinho y todo lo que ello implicaba: el dedo del portugués indicó el camino. 

Soberbio y vanidoso

En términos generales, el Madrid es hoy visto por todo aquel que no sea madridista como un club soberbio, que goza de un predicamento mediático asfixiante, engreído, vanidoso y pésimo perdedor, que culpa a los árbitros siempre que el resultado no va en la línea que desea. Un club que crea, ensalza y convierte en estandartes a jugadores poco ejemplares en términos de deportividad como Ronaldo, Vinicius o Sergio Ramos, a quien Jürgen Klopp acaba de atizar a cuenta de la lesión que le causó a Salah en la final de la Champions contra el Liverpool en 2018. Un club cuyos jugadores recuerdan a los adversarios cuántas Champions han ganado el mínimo rifirafe. 

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Es esta reputación la que, institucionalmente, ha reforzado el club con su actitud (al mismo tiempo victimista y prepotente) respecto al Balón de Oro. El Madrid de Florentino y Vinicius es hoy la mayor fábrica de antimadridismo. Igual no les importa si siguen ganando Champions y Ligas, pero por lo pronto este Balón de Oro lo han perdido y lo ha ganado un jugador, Rodri, que transmite la imagen opuesta a la de Vinicius y el Real Madrid.