El duro calendario aumenta las alarmas en el Real Madrid

Ancelotti se ha equivocado en esa predicción de que el juego del equipo estaba mejorando, aunque se puso la venda antes de la herida anunciando que llegaría alguna derrota que les vendría bien. Se agarra a lo ocurrido el año pasado tras perder 3-1 en el Metropolitano, momento de inflexión para completar una gran temporada. Sin embargo, las sensaciones por entonces son bien diferentes a las de ahora, con un equipo sin un plan de juego definido pese a sus “diferentes estilos” y que saca los partidos por el nivel individual de sus futbolistas.

Los blancos reciben mañana al Villarreal, en un partido en el que se juegan ser segundos en la clasificación de la Liga. Salvó el puesto con un empate en el Metropolitano, un punto para cada uno que minimizó la derrota del Barça en Pamplona y que aprovechó el equipo amarillo para desbancar del tercer puesto al Atlético de Madrid.

Parón y todo a una carta en la Champions

Después, llegará el parón de selecciones que, sobre el papel, debería valer para un merecido descanso. Sin embargo, para los equipos grandes supone una sobrecarga para sus mejores jugadores, la mayoría internacionales, que les obliga a un sobreesfuerzo físico y acumular cansancio en forma de viajes y concentraciones, además de ese cambio de chip táctico del día a día con sus equipos.

Cuando regresen, el Madrid deberá hacer frente a un duro calendario en el que jugará cinco partidos en 17 días, y en tres de ellos se juega opciones importantes en la Liga, recibe al Barcelona el día 26, pero sobre todo en la Champions con dos partidos consecutivos en el Bernabéu ante el Borussia (el día 22) y el Milán (el 5 de noviembre). Dos cruces vitales antes de visitar al Liverpool a finales del próximo mes. De esos tres partidos va a depender mucho su presencia o no en la fase final de la Liga de Campeones.

Celta, Barça y Valencia en la Liga

En la Liga tampoco lo va a tener fácil. Tras el parón por la ventana de selecciones, visita Vigo, donde le espera un Celta reactivo que se gusta a sí mismo en un buen arranque de temporada. Después llegará el Clásico, en el que se podría jugar el liderato ante un Barça que está demostrando ser el mejor en lo que llevamos de Liga. Acto seguido visitará Valencia, una plaza siempre difícil donde le consideran un rival ‘non grato’ y que excita al equipo y a su afición cuando los visita y más tras el ‘caso Vinicius’.

Ancelotti tiene ante sí un panorama complicado si no encuentra soluciones futbolísticas que reactiven a su equipo. Debe hallar la manera de encajar un estilo definido y dejarse de milongas de que tienen varios, porque no domina ninguno y se pierde en un quiero y no puedo sin saber muy bien a qué juega su equipo. Su obsesión por defender le impide ver que su gente quiere ‘rock and roll’, pero ni da con la música ni con la letra que amenice tanta promesa incumplida.