El motivo del 'apagón' de Haaland en el Bernabéu

Pocas veces hemos visto a un Erling Haaland tan incómodo como anoche en el duelo entre Real Madrid y Manchester City en el Santiago Bernabéu. El responsable de un partido para el olvido del noruego tiene nombre y apellidos: Antonio Rüdiger. El central alemán firmó una de sus mejores actuaciones desde que es futbolista blanco, sin dejar ni respirar a la estrella rival y cortando en seco su incidencia en el juego.

David Alaba también comparte gran parte de culpa con su compañero en esta gesta. Debe ser considerada como tal, porque parar a Haaland no es poca cosa y prácticamente nadie lo había conseguido esta temporada. Mientras Rüdiger casi se subía a la chepa del noruego en su marcaje individual, el central austriaco se encargaba de las vigilancias con la ayuda de un Toni Kroos muy solidario.

El plan 'anti-Haaland'

Entre todos, desenchufaron al cíborg. Hacer desaparecer al máximo goleador de la Champions era una de las consignas de Ancelotti y la cumplieron a rajatabla. El propio Alaba frustró una de las pocas ocasiones de las que dispuso Haaland en todo el encuentro, echándose al suelo en el momento perfecto para cortar el disparo del noruego.

Haaland tocó un total de 21 balones en todo el partido, menos que cualquier otro jugador titular y ocho menos que su guardameta Ederson. Asensio, Tchouaméni y Nacho, que entraron como suplentes en el Madrid, tocaron más pelotas entre ellos (26) que el noruego en los noventa minutos. Venía de marcar 7 goles en sus 3 últimos partidos en Champions.

La explicación de Guardiola

El técnico del Manchester City salió en rueda de prensa a aclarar el porqué de esta versión de su futbolista estrella. "Estuvo contra dos centrales, que son muy buenos defensores, y no es nada fácil. Los espacios entre Camavinga y Carvajal no los ocupaban los centrales, se quedaban con Erling", explicó Pep.

Efectivamente, durante el encuentro vimos en varias ocasiones cómo había un gran espacio entre central y lateral pues tanto Alaba como Rüdiger no basculaban y seguían pendientes del marcaje individual a Haaland. "No era fácil encontrarle. Cerraron muy bien. Rüdiger y Alaba son defensores muy buenos", reconoció Guardiola.

Algunas de las ocasiones del Manchester City vinieron de zonas anchas y de los hombres de banda de Guardiola de fuera hacia dentro, con un héroe en la sombra: Kevin de Bruyne. Tendría que ser él, el mejor escudero del noruego, quien acabaría sacando la varita para inventarse el gol del empate con un disparo majestuoso. Un golazo.