Alcaraz logra un doblete histórico en Wimbledon tras Roland Garros

Carlos Alcaraz arrancaba Wimbledon con un gran objetivo en mente. Después de conquistar Roland Garros de manera épica contra Zverev, el murciano llegaba al All England Club con las vistas puestas en conseguir un doblete histórico que solamente habían conseguido cinco tenistas hasta ahora. Ser campeón de tierra y hierba en un mismo año no es para cualquiera... pero poco pareció importarle a Carlitos, que ya entra en el olimpo del tenis con su conquista en Londres.

El murciano llegaba a Wimbledon como uno de los grandes favoritos después de conquistar Roland Garros. En París, Carlos volvió a pasear su garra para ganar el primer Trofeo de Los Mosqueteros de su carrera contra un Alexander Zverev que resistió hasta el final. Su tercer Grand Slam volvió a demostrar su superioridad ante todos los tenistas del circuito, aunque pocos esperaban que su dominio se iba a replicar de igual manera en Londres.

Carlos de Inglaterra exhibe su dominio en Wimbledon

En un cuadro asequible de salida, Alcaraz empezó de menos a más encontrando su mejor tenis en las pistas del All England Club. Sin apenas sufrir, el murciano llegó a semifinales contra Medvedev, donde remontó de manera espectacular para plantarse en su segunda final de Wimbledon consecutiva.

En la Catedral del tenis no hubo color; Novak Djokovic, su mismo rival del año pasado, sucumbió en tres sets contra el vendaval español. Alcaraz no dio ninguna opción al tenista serbio y acabó conquistando su segundo Wimbledon con apenas 21 años. Sin rival en el circuito por ahora, todo hace pensar que esa marca acabará ampliándose con el paso del tiempo.

La conquista en Londres supone, además, un doblete histórico después del conseguido en Roland Garros este mismo año. Solamente cinco tenistas lo habían conseguido hasta ahora: Rod Laver (1962, 1969), Bjorn Borg (1978, 1979, 1980), Rafael Nadal (2008, 2010) y Roger Federer (2009) y Novak Djokovic (2021). Carlos entra ahora en esta prestigiosa lista de tenistas, un mérito que lo alza hasta el olimpo del tenis. El cielo es el límite para un tenista cuya carrera empieza a cobrar tintes históricos.