Recupera sensaciones el Villarreal después de salir trasquilado del Camp Nou el pasado domingo ante el Barcelona. La efectividad de Paco Alcácer sirvió esta vez al conjunto cerámico para imponerse al Alavés (3-1) en un partido cómodo que sirve para elevar la moral de la tropa y da credibilidad al proyecto de Unai Emery en La Cerámica, donde la llegada del de Hondarribia tiene a la parroquia dividida tras el excelente trabajo realizado por Javi Calleja la pasada temporada.
Va a costarle a Kubo ganarse el corazón de Emery. Ante el Alavés, el técnico volvió a dejar en el banquillo al futbolista nipón, el único haz de luz en la goleada ante el Barça. Se cayeron también del once Coquelin y Chukwueze, el primero por lesión y el segundo por decisión del propio Unai, que optó en esta ocasión por el músculo de Iborra en detrimento de la velocidad del nigeriano. El otro beneficiado fue Trigueros, que se juntó en la sala de máquinas con Parejo.
Alcácer fue el encargado de abrir la lata del Alavés rebasados los diez primeros minutos de juego. El delantero de Torrent se adelantó en el primer palo y definió al palo contario con un precioso giro de tobillo que sorprendió a Pacheco. Antes ya había perdonado la vida al meta babazorro tras un regalito de Moi Gómez en boca de gol.
SUSTO Y REACCIÓN
Estaba siendo un partido plácido para el Villarreal y lo hubiera sido más si el colegiado no hubiera anulado un gol a Gerard Moreno por fuera de juego. Pero sucedió (acertó el trencilla) y al filo del descanso consiguió sacar petróleo el Alavés de un error garrafal de Asenjo en una mala salida que aprovechó Édgar para empujar el balón a placer a la red.
El duelo parecía abocado al empate a su ecuador, pero lo evitó el VAR sacándose de la manga un penalti en área babazorra que nadie vio y Gerard Moreno se encargo de transformar.
La segunda parte empezó con una doble ocasión para Estupiñán y Alcácer. Apretó el acelerador el 'Submarino', y de qué manera. Hubo, incluso, gol anulado a Moi Gómez, el segundo de la noche. Hasta que Gerard Moreno se cansó de esperar y decidió ponerle el lazo al partido. El punta catalán no marcó, pero dejó el gol en bandeja a Alcácer tras disparar a la madera. El toquecito de balón hacia arriba del exDortmund para evitar a Pacheco fue canela en rama.
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Soplo de aire fresco para el equipo de Emery y más hiel para el Alavés de Pablo Machín, que sigue instalado en el penúltimo puesto de la tabla con tan sólo un punto sumado en las primeras cuatro jornadas. No pinta nada bien el proyecto babazorro esta temporada.