El infierno del Valencia no tiene final

Dramático, desastroso, apocalíptico... cualquier calificativo es insuficiente para describir la situación actual de este Valencia de Peter Lim, que sumó su enésimo esperpento este lunes tras sucumbir en Mestalla contra Las Palmas (2-3). El conjunto amarillo sacó los colores de un equipo que ya es colista de Primera División y que pone a Baraja en la rampa de salida.

Las cosas en Mestalla pintan oscuras como en pocas ocasiones en la historia del club. Si la previa estuvo caldeada por una nueva concentración en contra de Peter Lim a las afueras del feudo valencianista, dentro de este las cosas fueron incluso a peor después de demostrar este lunes que, por ahora, está muy lejos de ser considerado un equipo de la máxima categoría del fútbol español.

A pesar del resultado final, las cosas no pudieron empezar mejor para el Valencia que se encontró sin apenas merecerlo un penalti a favor tras un claro derribo de Campaña dentro del área. Pepelu se encargaba de transformar la pena máxima a la perfección (1-0), aunque el equipo se cayó en pedazos demostrando su debilidad mental dentro del terreno de juego.

Un equipo en descenso

La victoria eran más que tres puntos para el Valencia, que se enfrentaba a un rival directo en la lucha por la salvación. Las Palmas era un drama atrás, aunque los valencianistas tampoco aprovechaban su momento para encarrilar un partido que era crucial para sus aspiraciones esta temporada... Cuando peor estaba el conjunto canario, una mágica acción de Januzaj terminó en un disparo preciso que rechazó de mala manera Mamardashvili. El balón cayó franco para que Álex Muñoz pusiese la igualdad en el marcador (1-1) y para que Las Palmas creciese exponencialmente hasta dominar el partido a su gusto.

La segunda parte llegaba con los amarillos en su mejor momento. Al contrario que su rival, ellos sí aprovecharon su ocasión para dar un golpe sobre la mesa en el partido. Un pase en profundidad de Januzaj a Campaña terminaba en un pase atrás a Fábio Silva, que batía al portero georgiano y ponía patas arriba Mestalla (1-2). La afición valencianista estallaba y mostraba su indignación... aunque aún podían ir a peor.

Después de una tangana monumental, Pepelu vio una tarjeta roja muy rigurosa que dejó más tocado si cabía al Valencia. Para terminar de redondear la fiesta, un golazo de Moleiro tras una ocasión clarísima desperdiciada por Hugo Duro ponía tierra de por medio en el partido (1-3). Ni siquiera el tanto final de Tàrrega (2-3) para maquillar el resultado calmó las aguas de Mestalla, que pide cabezas mientras su equipo, colista, se encamina hacia el pozo más oscuro posible.