Ver para creer. Si el sábado fue el Barcelona el que desperdició un 0-3 favorable en Balaídos, el Atlético no quiso ser menos y cedió un 1-3 en el añadido en su visita a Valencia. Hugo Duro, última bala en la recámara de José Bordalás, aceleró el partido con dos goles postreros que cambiaron el ánimo del ciclotímico Mestalla. El campeón no supo defender un duelo que tenía en el bolsillo y en el que Griezmann recuperó su versión pretérita.
El Bordalás contra Simeone pintaba a bocadillo de tuercas para el espectador neutral. Dos técnicos de corsé apretado y poco amantes de primar la imaginación. Durante media hora el duelo fue de vigilancia en corto y bostezo en un extrañamente manso Mestalla. La crispación de la parroquia che no llegó ni con el 0-1. Luis Suárez controló en autopase un servicio profundo de Correa, le enseñó las posaderas a Diakhaby y cruzó con la zurda ante Cillessen. Al palo y a la red.
La charanga reaccionó con los acordes del "a por ellos". No el Valencia. Frágil en defensa y ausente más allá del centro del campo. Los pitos sonaron tímidamente en Mestalla.
Savic no quería
El cuadro 'taronja' metió el hocico con un gol afortunado. Guedes atacó la debilidad y desenfundó un centro-chut que, tras ser desviado por Oblak, Savic lo convirtió en el empate. El Atleti tragó saliva y Griezmann lució galones. El francés recuperó en la divisoria, enfocó portería y soltó un zurdazo a la escuadra. El 'Principito' de antaño.
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El Valencia se desmoronó y el VAR le metió la estocada. Soto Grado concedió a Vrsaljko el tercero tras haberlo anulado. Bordalás se jugó el todo por el todo con un triple cambio 'kamikaze'. Y la moneda salió cara. Hugo Duro aliñó con picante el añadido y remató la igualada con un cabezazo en el minuto 96. Mestalla no se lo creía. Esta Liga está de atar.