La afición del Valencia necesitaba un incentivo para recuperar la fe en su equipo y lo ha encontrado. Se llama Bryan y se apellida Gil. El extremo ha regresado a LaLiga como cedido hasta el final de temporada y en apenas cuatro partidos ya ha convencido a la exigente grada de Mestalla.
Desde el primer momento el de L'Hospitalet pero crecido en Barbate ha mostrado sus mejores virtudes: rápido, eléctrico, atrevido, confiado y con calidad suficiente para sortear rivales, ganar metros y ser diferencial en la zona de peligro.
Recién cumplidos los 21 años y tras pasar unos meses en la Premier, Bryan Gil ha agitado el ataque del Valencia e incomodado a las defensas rivales tanto en liga como en Copa. Cádiz -debutó y jugó los 97 minutos-, Real Sociedad, Athletic y Alavés han vuelto a sufrir el desparpajo del joven futbolista. "Espero crecer como jugador y aportar al máximo al míster y al equipo", dijo en su presentación en Mestalla.
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Pegado a la banda, abriendo el campo, estirando al equipo y creando profundidad en los metros finales, el ex del Sevilla se ha presentado de nuevo en España para dar un salto de calidad al Valencia y devolver la autoestima a una plantilla que necesita recuperar sensaciones positivas más allá de haber alcanzado las semifinales de la Copa del Rey.