Siguen las malas notícias para el tenis británico: si el sábado, Andy Murray comunicaba su renuncia a disputar el US Open 2017, el lunes, en la jornada inaugural del último Grand Slam de la temporada, se despedía la mejor jugadora del país, séptima favorita en Nueva York, Johanna Konta.
Se vio sorprendida por Aleksandra Krunic, tenista que compite por Serbia aunque nació en Rusia hace 24 años. Su aspecto de niña la hace parecer inocente pero Konta pudo comprobar en sus propias carnes cuáles son sus intenciones.
Actualmente en el puesto 78 del ranking mundial, sólo había logrado cinco victorias esta temporada. La sexta, ante una rival de entidad y en un torneo importante, en el que su mejor resultado en la tercera ronda en 2015, año de su debut en el 'grande' neoyorkino.
La presión pudo con Konta, que, tras anotarse la primera manga, vio cómo todas sus armas (a excepción del servicio, que fue aguantando a duras penas) le fallaban. Por contra, la confianza de Krunic fue en aumento y ni siquiera le tembló el brazo cuando tuvo que sentenciar: 4-6, 6-3 y 6-4 para la serbia.
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