Alemania salvó los muebles y quién sabe si más problemas a Joachim Löw después de evitar la campanada de Suiza en territorio germano (3-3). A pesar de que le sobra el talento, no termina de carburar en los últimos tiempos. De sus últimos cinco partidos, cuatro han sido empates. El de este martes se cuenta como uno de los buenos por lo que podría haber sido cuando perdía por 0-2 antes de la media hora.
Lo cierto es que los helvéticos llegaron con ganas de juerga. Nada más iniciarse el encuentro Shaqiri perdonó ante Neuer y en el córner posterior, bingo. La zaga se durmió y el testarazo de Gavranovic tras otro de Freuler superó al meta del Bayern. Tendría protagonismo después el centrocampista del Atalanta, que culminó un contragolpe de libro con una picadita por encima de Neuer. Un error de Kroos propició la jugada.
El resultado era letal, pero Werner apareció para rescatar a los suyos. Él solo se cocinó el 1-2 con una gran jugada personal y pasada la media hora fue Gosens el que obligó a Sommer a lucirse. Kroos, antes del asueto, lamió el lateral de la red con un zurdazo.
Loca reanudación
La primera parte fue solo una muestra de lo que estaba por llegar. En un inicio loco tras el asueto, Havertz avisó con un lanzamiento al palo antes de hacerse un Werner y apuntarse el 2-2. Fallo de Schär y recuperación del futbolista del Chelsea, que definió cruzado. La remontada parecía consumarse pero Gavranovic apareció de nuevo. Perdonó Seferovic en dos intentonas abortadas por Neuer aunque nada pudo hacer con su trallazo.
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Los germanos no acusaron el golpe y una gran jugada de Werner por la derecha la convirtió en obra de arte Gnabry con un tanto de espuela. Quedaba media hora para que la borrachera de goles siguiera. No fue así. Kroos y Draxler fueron quienes más cerca anduvieron, aunque al final ambos firmaron las tablas. El grupo está al rojo vivo mientras que Suiza apura sus opciones de salvación.