Surrealista lo que ha sucedido en San Siro. Mbappé anotó batiendo por bajó a Unai Simón tras un gran balón al espacio de Theo Hernández. Hasta ahí bien. Lo que no se entiende es lo que vino después. El galo partía de una posición más que dudosa que ya se podía apreciar en el directo, así que el VAR debía intervenir.
Todo el mundo entendió que lo que se estaba revisando era si finalmente Mbappé estaba en fuera de juego o no, pero no fue así y el gol finalmente subió al marcador. ¿Por qué no se anuló? La explicación del árbitro a Busquets y al resto de jugadores fue clara: Al tocar Eric Garcia el balón en un intento de cortar el pase a Mbappé, el central habilitaba ya la acción. En este caso daba igual que el galo partiera o no de fuera de juego.
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Una explicación clara y sencilla, pero que no por ello tiene menos carga de polémica. Los jugadores de España no se lo creían, y menos que lo harán cuando revisen la acción tranquilamente después del partido. Decisión más que discutible que terminó siendo decisiva. El tanto significaba el 1-2 de Francia y decidía definitivamente el devenir de la final. Los galos, campeones. Con polémica, eso sí.