El partido no había tenido demasiada historia en cuanto a líos y polémicas, pero justo antes de los penaltis se desató la tangana. Jordi Alba venía caliente de una de las últimas acciones del partido, con una carga legal que le había hecho mucho daño en la caída y, antes de ejecutar las penas máximas, se las tuvo con varios jugadores croatas.
Los balcánicos le recriminaron sus palabras y de esta forma se inició la tangana. Los españoles salieron a defender al hasta ahora lateral del Barça, mientras que los croatas siguieron increpando al de l'Hospitalet. Por suerte, no llegó la sangre al río.
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La disputa acabó con los dos banquillos saliendo hasta el centro del campo a calmar las aguas. No hubo más. Finalmente, la final se pudo seguir y, justo después del lío, se iniciaron los penaltis.