Por segundo día consecutivo, el Tour de Francia propone un trampolín para el lanzamiento de aventuras en una etapa con un puerto de primera en la primera parte del recorrido y dos terceras en los últimos 65 kilómetros.
La cima del último, de 3,6 kilómetros al 7,2 % de desnivel, se encuentra a 13 kilómetros para la meta de Brioude, la ciudad natal de Romain Bardet.
El tramo final es propicio para las aventuras incluso para cambios en una general muy apretada en segundos, lo que puede conllevar un líder diferente.
NOTICIAS RELACIONADAS
Tras la primera hora de carrera, el ascenso al Muro de Aurec-sur-Loire, que los organizadores aseguran que es tres veces el Muro de Huy, puede servir para hacer saltar por los aires el pelotón.