Cambio de registro en la segunda etapa alpina, marcada también por los pasos por encima de los 2.000 metros, pero a diferencia de la víspera concentrados en apenas 126 kilómetros y con final en alto.
El pelotón superará su techo, situado en los 2.770 metros de Iseran, donde se repartirán unos puntos extra de bonificación y cuya cima está a 37,5 kilómetros de la meta, situada en la cima de Tignes, la estación de esquí más alta de Europa, a 2.113 metros.
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Todo en ello en una jornada nerviosa, tensa, sin reposo, con dos puertos de tercera y un segunda en los 70 primeros kilómetros antes de afrontar los 12,9 kilómetros de ascenso a Iseran, un puerto que el Tour asciende pocas veces, la carretera asfaltada más alta de Europa, con una pendiente media del 7,5 % que suele ser decisiva.