La pasión que Maria Sharapova siente por el tenis no hizo sino que crecer durante la etapa de 15 meses que estuvo alejada de las pistas por culpa de la sanción que recibió por consumo de sustancias prohibidas, dijo la cinco veces ganadora de torneos de Grand Slam a Reuters.
La tenista de 30 años de edad, volvió a la competición el pasado mes de abril en el Abierto de Stuttgart después de recibir una polémica wild-card y prosiguió su calendario en Madrid e Italia antes de sufrir una lesión en su pierna que la apartó de la temporada de hierba.
La tenista rusa se prepara para afrontar la ya inminite gira del circuito norteamericano, comenzando la próxima semana en Stanford, más concretamente, en el Bank of West Classic. Si no surge ningún contratiempo, en ese torneo se verá las caras con la hispano venezolana Garbiñé Muguruza.
Sharapova aseguró que lo que ha ocurrido en estos dos años la ha hecho más fuerte. "Estos dos últimos años han sido muy duros para mí. En realidad, han sido más difíciles de lo que jamás hubiera podido prever aunque quiero decir que mi pasión por el tenis nunca ha decrecido. Más bien al contrario", escribió Sharapova en una columna para 'The Players 'Tribune'.
"Ahora me estoy preparando para afrontar la temporada en pista dura del circuito norteamericano, que ahora mismo es mi máxima prioridad. Empezaré en Stanford y después viajaré hastaToronto. Puedo garantizar a todos los aficionados que daré lo máximo que tengo en mi interior".
No fueron pocos los (y las) tenistas que siguen jugando como los que ya están retirados que criticaron abiertamente a la rusa, sobre todo, cuando recibió esos 'comodines' para participar. Sharapova admitió sin ambages que todo ese discurso la afectó: "Soy plenamente consciente de todo lo que se dijo en mi contra. Sé que muchos me criticaron cuando estuve sancionada y otros tantos lo hicieron cuando empecé a jugar de nuevo. Muchas de esas palabras han llegado hasdta los medios de comunicación. No soy insensible. Es imposible que ignorara esos comentarios, agregó.
En su descargo, señaló: "Al mismo, siempre he tratado de ser generosa, incluso con aquellos que me criticaron abiertamente. Nunca he querido responder a la gente que ha tratado de destrozarme destrozándolos a ellos. Siempre he querido responder a los críticos en la pista, indicándoles que mi camino es el trabajo. Esa es mi opción", apuntó.
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Después del torneo de Stanford, la ex número uno del mundo jugará la Copa Rogers en Toronto, que empezará el 7 de agosto.