Albert Ramos ya sabe que tendrá como rival al francés Lucas Pouille en las semifinales de Montecarlo. El tenista galo superó al uruguayo Pablo Cuevas, verdugo de Stan Wawrinka en la ronda anterior, por 6-0, 3-6 y 7-5 para acceder, por segunda vez, a la penúltima ronda de un Masters 1000 (la anterior fue en Roma 2016, viniendo desde la fase previa).
El tenista catalán, como es lógico, estaba "muy contento con la victoria, sobre todo después de no poder cerrar cuando sacaba para partido en el segundo set”, apuntó el número 24 del ranking ATP. “Ha sido un momento de muchos nervios, aunque creo que él ha jugado muy bien con 5-4 y en el tie break cuando ganaba yo por 5/3. Ha jugado increíble cuatro puntos impresionantes, con una defensa de derecha muy buena y tres puntos con bolas a la línea”.
A pesar de que el partido se marchó hasta el tercer set y de entregar un 'break' de inicio, Ramos fue capaz de encadenar seis juegos seguidos para poner rumbo a semifinales en Montecarlo.
“He aguantado muy bien y me he rehecho a pesar de empezar 0-2 en el tercer set y he seguido en una línea muy buena. Estoy muy contento con las semifinales porque era un partido muy complicado y ahora, a intentar recuperarme. Mañana sábado hay que volver a intentarlo y a darlo todo otra vez”, añadió.
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El tenista de Mataró está orgulloso de "estar compitiendo tan bien. Pero no puedo decir qué ha pasado para que así sea. Jugué buenos torneos en la gira de tierra en Sudamérica. Aquí estoy jugando realmente bien y compitiendo en cada punto... y espero seguir así mucho tiempo. Y si es posible, seguir mejorando algunas cosas", concluyó Ramos.