Rafa Nadal vela armas horas antes de debutar en el Masters 1000 de Montecarlo, del que es vigente campeón y que ya ha ganado en nueve ocasiones –misma cifra que sus otros dos torneos fetiche, Barcelona y, muy especialmente, Roland Garros–. Rafa debutará en segunda ronda ante el vencedor del duelo entre británicos, Daniel Evans y Kyle Edmund.
El mallorquín se siente cómodo en el Principado. Es uno de sus certámenes preferidos y el hecho de que alce el telón el circuito de tierra batida le genera una motivación especial. La arcilla es su superficie preferida, aquella en la que se desenvuelve con mayor soltura y eficacia. Lo sabe él y también lo saben sus rivales. Rafa jugó por primera vez en Montecarlo en 2003, cuando aún no tenía 17 años de edad. Superó la fase de clasificación y avanzó dos rondas antes de perder ante Coria: “Oh, sí... Hace ya un tiempo de eso”, dijo a la Gazzetta dello Sport. No le preocupa sumar su décimo título “ahora mismo no pienso en eso. Lo más importante es que he redescubierto el placer de jugar a tenis. Por supuesto, Montecarlo sigue siendo un lugar especial, uno de mis torneos favoritos. Siempre me ha dado una magia especial”.
La confianza
El inicio de la temporada, con la final en Australia y Miami, ha consolidado el papel protagonista que ha tenido en los últimos años, con 49 títulos en su haber, los mismos que Guillermo Vilas: “estoy satisfecho con mi nivel de juego. Para mí es importante saber que puedo ser competitivo, porque eso me da una motivación extra. Por el momento estoy bien, no tengo problemas físicos, he tomado contacto gradual con la tierra y estas dos semanas he entrenado bien”.
A la pregunta de si estaba de acuerdo con la decisión de Roger Federer de evitar los próximos torneos de tierra, el manacorí dijo: “Creo que acierta. Roger juega ahora más agresivo y esta superficie no le beneficia”.
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Nadal quiere reinar allí donde también lo hicieron Vilas, los suecos Bjorn Borg y Mats Wilander, el checo Ivan Lendl, el austríaco Thomas Muster, el brasileño Gustavo Kuerten y los españoles Manuel Orantes, Sergi Bruguera, Carlos Moyà y Juan Carlos Ferrero.