El retorno del Príncipe

Llega esa época en la que Rafa Nadal se siente, prácticamente, imbatible. Poco menos de dos meses en los que el calendario aglutina la mayor parte de torneos sobre tierra batida. La historia del tenis moderno no ha conocido un caso que se pueda comparar con los éxitos cosechados por el actual número uno del mundo sobre esta superficie. Sabe lidiar como nadie sobre el polvo de ladrillo.

Año tras año, lesión tras lesión, el balear ha demostrado ser el más grande. Un dato que corrobora su supremacía y que difícilmente seremos capaces de volver a ver lo atesora con la mayor humildad. Sumar diez títulos en un Grand Slam (Roland Garros), diez en un ATP 500 (Barcelona) y diez en un Masters 1.000 (Montecarlo).

Treinta títulos en tan solo tres torneos, una cifra solo a su alcance. Ganó su primer título en tierras monegascas en la edición de 2005 ante el argentino Guillermo Coria y el último, el pasado año ante el barcelonés Albert Ramos. Precisamente en el Principado, Nadal inicia su gira terrícola. Primera parada sin contar su decisiva aportación en la Copa Davis que permitió a España regresar a unas semifinales de la máxima competición por países por primera vez desde 2012.

Llegó la hora

Defiende título y los 1.000 puntos de campeón. Cualquier tropiezo le daría el número uno a Roger Federer. Sabe que por delante tiene un calendario que no le dará ningún tipo de tregua. Muchísimos puntos en juego -un total de 4.680- en apenas dos meses pero, sobre todo, la recompensa de poder seguir gobernando la tierra. Rafa acumula una marca de 63 victorias por solo cuatro derrotas, balance que le ha permitido levantar una decena de títulos sobre la tierra monegasca en un total de 14 participaciones. Números de genio sin duda. 

Su primer escollo en esta edición será Aljaz Bedene. A priori, un rival asequible aunque los debuts nunca suelen ser partidos cómodos como él mismo siempre reconoce. El esloveno de 28 años, nacido en Liubliana pero formado en Inglaterra, ya sabe lo que es morder el polvo contra Nadal. De hecho, fue en 2016 y en Montecarlo donde ya se llevó un correctivo por parte del balear. Cayó en dos mangas y sin poder ofrecer una igualada batalla. Rafa está feliz por estar de vuelta en competición. Debuta hoy. Llegó el día. El príncipe pide paso en Mónaco y lo hace con una sonrisa de oreja a oreja. Un buen inicio de gira sería un extra enorme de motivación para afrontar Barcelona, Madrid, Roma y París.