Rafa Nadal disputará este sábado la final número 99 de su carrera y tercera en Doha. Todavía desconoce quién será su rival, que saldrá del duelo entre Novak Djokovic y Tomas Berdych, pero el tenista de Manacor está feliz porque ha abierto la temporada 2016 con una final... y confirmando que la línea de recuperación iniciada en los últimos compases de la temporada tiene continuidad.
Nadal ha dominado todas y cada una de las facetas del juego hasta terminar desesperando a un Illya Marchenko que esta vez no ha podido imponer su tenis agresivo y de riesgo. El peso de la bola de Rafa ha sido demasiado para el tenista ucraniano: 6.-3 y 6-4 en una hora y 17 minutos de partido.
Rafa ha servido a un nivel altísimo (6 aces y un 89% de puntos con primer saque, una estadística que, hasta mediado el segundo set, era del cien por cien), cediendo una sola oportunidad de 'break' que ha logrado salvar con autoridad. Golpeando bien de ambos lados, restando a un buen nivel y cometiendo poquísimos errores (13 en todo el partido), se ha impuesto a un rival al que le tenía cierto respeto porque sabía que, de darle la más mínima oportunidad, podía ser "peligroso".
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Después de 2010, en que perdió la final frente al ruso Nikolay Davydenko; y de 2014, cuando ganó el título ante el francés Gael Monfils, llega la final de 2016. Al margen del resultado la mejor notícia es que Rafa Nadal está cada día más cerca de su mejor versión.