Nick Kyrgios se ha convertido en el último héroe australiano. El tenista de Canberra, de 19 años, es el primer tenista de su país que alcanza los cuartos de final... en diez años (Lleyton Hewitt, 2005), tras su espectacular remontada ante el italiano Andreas Seppi, salvando, incluso, un punto de partido: 5-7, 4-6, 6-3, 7-6 (5) y 8-6
Llevado en volandas por la grada, Kyrgios es un auténtico 'showman': grita, gesticula, sonríe y pega duro, muy duro, a toda bola que se le ponga por delante. Entre sus 'hazañas': la victoria sobre Rafa Nadal en la los octavos de final de Wimbledon 2014 tras otra gran remontada en segunda ronda frente a Richard Gasquet. Pero que nadie se equivoque: tras su aspecto de 'rock star' se esconde un chaval con la ética de trabajo de un campeón y que confía en la inspiración y los sueños para seguir adelante. Combina una gran derecha, un saque que es una bomba y un instinto excepcional pero también destaca por su fortaleza mental siendo tan joven, el modo en el que sabe afrontar la presión. "Hay que recordar porqué estás jugando al tenis: porque me encanta", explica en la web de ATP.
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Nick, con raíces griegas y malayas, Kyrgios pudo no haber sido una realidad para el tenis 'aussie'. Destacaba en otro deporte: el baloncesto, una disciplina que adora. Es fan de Boston Celtics y su jugador favorito es Kevin Garnett, además de crecer admirando a Michael Jordan y LeBron James. Pero llegó el momento en que hubo que elegir y ahí la familia tuvo su peso porque querían que se concentrara en el tenis.