Nick Kyrgios no duró mucho en el US Open. Andy Murray, tercer cabeza de serie del torneo, se encargó de acabar con las esperanzas del joven tenista australiana tras imponerse por 7-5, 6-3 y 4-6 y 6-1.
Aún así, Kyrgios tuvo tiempo de deleitar a los aficionados con un golpe maestro de espaldas y entre las piernas. El talento del joven Nick salió a relucir en algunos momentos del encuentro pese a que Murray controló los arreones de su rival.
Sin embargo, de la genialidad de Kyrgios se pasó al desespero. En uno de los golpes del partido, la raqueta del australiano salió despedida de su mano. No se lo podía creer.
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El polémico tenista, superado por la situación y su rival, decidió que cerrar los ojos durante uno de los parones era el mejor remedio para intentar olvidar lo que acabaría siendo su adiós al US Open.