La tenista polaca Iga Swiatek, número uno del mundo, fue protagonista de una curiosa anécdota durante su partido de cuartos de final del Masters 1.000 de Roma.
Fue durante el primer juego de su duelo ante Elena Rybakina, cuando una inoportuna llamada telefónica obligó a detener el partido durante unos minutos. Fue el juez de silla el que indicó a Swiatek que su teléfono móvil estaba sonando en el banquillo, y la tenista tuvo que ir para ver quién llamaba.
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Tras ese pequeño parón, Iga dio el teléfono a los componentes de su cuerpo técnico y continuó con el partido.