Roger Federer se mostró este lunes motivado y preparado para ganar el Masters 1000 de Shanghai, torneo en el que se impuso hace tres años y en el que parte como favorito junto con su máximo rival, Rafa Nadal.
"Estoy aquí con un propósito, que es el de conseguir el torneo", apuntó el actual número dos del mundo en rueda de prensa, donde también aseguró que está totalmente recuperado de sus problemas de espalda.
"Me he sentido muy bien desde el jueves entrenando, estoy feliz de estar aquí y de estar sano", dijo el suizo, de 36 años, que espera en su debut al vencedor del duelo entre el argentino Diego Schwartzman y el australiano Jordan Thompson.
Roger es consciente de que la batalla por el número uno mundial a final de año, y más tras el triunfo de Nadal en Pekín, se le ha puesto muy cuesta arriba. Es más, confesó que desde que perdió en los cuartos de final del US Open ya vio "que no era realista pensar que iba a acabar primero del ranking porque para ello necesitaba ganar Shanghai, Basilea, París-Bercy y las Finales ATP".
Hay, además, otro factor que se estaba escapando a su control: "Rafa estaba jugando bien e iba a conseguir resultados como los que está consiguiendo".
Y es que, como Federer destacó, "Rafa siempre ha jugado bien en pista dura y ya estaba a un gran nivel en el Open de Australia. El problema es que, como ha ganado diez Roland Garros parece que sus resultados en dura no son suficientes... y sí lo son".
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Lo que sí le ha sorprendido es que Nadal no haya renunciado a algún torneo. Es más, el suizo creía "que no iba a jugar la gira asiática. No tiene ninguna necesidad de llevar su cuerpo al límite. Pero Rafa es Rafa y es un súper profesional".