Ni el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lleva tantos agentes de seguridad a su alrededor. Roger Federer es el hombre más protegido de Roland Garros... con diferencia. Hasta ¡catorce! agentes de seguridad le acompañan cada vez que sale de las zonas habilitadas para los jugadores y a las que sólo tienen acceso los propios tenistas, sus equipos, sus invitados, los miembros de la organización, trabajadores del recinto y los representantes de los medios de comunicación.
Federer pidió a la organización que aumentaran su seguridad después de que el día de su debut un fan saltara a la Philippe Chatrier para hacerse un 'selfie' con él. Y sus deseos han sido órdenes... acercarse a Roger se perfila una empresa imposible para los aficionados.
Las imágenes del suizo rodeado por guardaespaldas mientras se dirigía a una entrevista con la cadena estadounidense Tennis Channel tras su pase a los octavos de final no dejan lugar a la especulación. Y para hacerse, si cabe, más inaccesible, no separó los ojos de su teléfono móvil durante todo el trayecto.
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Quizá la reacción de Roland Garros ha sido un poco desmesurada ¿no?