Calles cortadas, tiendas engalanadas, felicitaciones de los vecinos y de fans desplazados para la ocasión y avalancha de medios para cubrir la boda de Andy Murray y Kim Sears en la catedral de Dunblane, ciudad natal del tenista, donde a las cuatro y media de la tarde (hora británica, una más en España), se han dado el 'sí quiero' frente a familia e invitados. Nueve años de relación de la pareja que tras la ceremonia religiosa ofrecerá una recepción en un hotel de la localidad. Para la ocasión, y como buen escocés, Andy y su padrino de boda, su hermano Jamie, lucen sendos kilts.
En la lista de invitados figuran su entrenadora, Amelie Mauresmo, que 24 horas antes anunció que está esperando su primer hijo para el próximo mes de agosto; ex tenistas como Tim Henman y su esposa, Lucy o Alex Corretja y su pareja, Martina Klein, así como numerosos compañeros del equipo británico y otras personalidades.
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Un grupo de fans de Murray recaudaron, a través de Facebook, 4.000 libras esterlinas (unos 5.500 euros) como regalo de boda para la pareja. Pero no les harán entrega de ese dinero sino que, en su nombre, lo destinarán a la Fundación Elena Baltacha, una de las entidades benéficas favoritas de Andy y Kim. En mayo se cumplirá un año de la muerte de Baltacha, una de las jugadoras más queridas del circuito femenino.