Andy Murray no ha podido hablar más claro en su comparecencia ante los medios de comunicación tras su victoria sobre David Ferrer en su primer partido en las Finales ATP 2015: "no quiero vivir con miedo".
El escocés sobrevivió a la tragedia que sufrió su escuela en Dunblane, cuando un perturbado entró armado hasta los dientes y mató a 16 niños y un maestro. Andy tenía ocho años y su hermano Jamie, nueve. No fue hasta 2013 que el menor de los Murray habló por primera vez de aquel día.
Ahora, todos esos recuerdos han vuelto con los atentados de París. Y la preocupación por la seguridad en la próxima final de Copa Davis, ante Bélgica, en Gante, es tema de discusión en los medios británicos. Pero no para Murray.
"Creo que ahora mismo a todo el mundo le preocupa lo que está ocurriendo. Pero lo mejor que podemos hacer es seguir con nuestras vidas, sin cambiar nada, porque si lo hacemos entonces los terroristas son los que ganan", señala.
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Y respecto al viaje a Bélgica, Andy, el líder del equipo británico, no tiene dudas: "necesitamos ir allí y hacer lo que siempre hacemos, sin grandes cambios. Es todo lo que podemos hacer. No quiero sentir miedo cada vez que entre en la pista".