En la década de 1960 aparecieron en escena un nuevo tipo de arma que hoy día son tan comunes en el ejército, los misiles antitanques. Durante estos años los carros blindados eran normalmente destruido por cohetes o lanzagranadas como los Bazookas o los RPG. A partir de la aparición de los misiles antitanque la efectividad de los grupos anticarro aumentó considerablemente.
Entre estos misiles antitanque destacó el Sagger T-3 soviético diseñado nada menos que en 1963, es decir, fue uno de los primeros en usarse militarmente. Este misil utilizaba propulsión, pero estaba dirigido gracias a un largo cable manejado con un Joystick al estilo de las máquinas de recreativos. El usuario disparaba el misil y debía dirigirlo a su objetivo con un apuntador.
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El misil tenía cable para recorrer varios kilómetros hasta que finalmente alcanzaba su objetivo que quedaba eliminado del campo de batalla. El Sagger T-3 fue un misil antitanque muy efectivo debido a la potencia que desplegaba una vez estallaba. Su forma puntiaguda le daba gran velocidad y también mayor capacidad de penetración.