El exjefe de FTX, Sam Bankman-Fried, se enfrentará a un arresto domiciliario mientras espera el juicio en los Estados Unidos de estafa a clientes e inversores de la plataforma de intercambio de criptomonedas que dirigía. Un juez estadounidense declaró que el exmultimillonario de 30 años podría ser entregado a sus padres por el pago de una fianza de 250 millones de dólares.
En la audiencia, Bankman-Fried no admitió ni negó su culpabilidad. Anteriormente se ha distanciado de los cargos, que han sacudido a toda la criptoindustria. "No cometí fraude a sabiendas. No creo que cometí fraude. No quería que nada de esto sucediera. Ciertamente no era tan competente como pensaba que era", declaró a la BBC, poco antes su arresto el 12 de diciembre en las Bahamas, donde vivía y FTX tenía su sede. Ahora se encuentra preso por las autoridades estadounidenses.
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Dos de sus amigos y colaboradores más cercanos se declararon culpables de fraude el miércoles y están ayudando con la investigación. Habrá que esperar que dice el jurado sobre todos los cargos que se le imputan. El futuro es negro para el joven empresario.