Cinco ráfagas breves y brillantes de ondas de radio del espacio profundo ahora han podido ser localizadas en su origen de maneras precisas. Las "ráfagas de radio rápidas", o FRB por sus siglas en inglés, provienen de los brazos espirales de sus galaxias anfitrionas, informan los investigadores en un estudio. La proximidad de las FRB a los sitios de formación de estrellas refuerza el caso de las estrellas jóvenes comunes y corrientes como el origen de estas evasivas y enérgicas erupciones.
"Este es el primer estudio de población de este tipo de este tipo y proporciona una pieza única al rompecabezas de los orígenes de FRB", dice Wen-fai Fong, astrónomo de la Universidad Northwestern en Illinois, EE. UU.
Las FRB suelen durar unos pocos milisegundos y nunca se vuelven a ver. Debido a que las explosiones son tan breves, es difícil precisar sus orígenes precisos en el cielo. Aunque los astrónomos han detectado alrededor de 1.000 FRB desde que se descubrió el primero en 2007, solo 15 o más se han rastreado hasta una galaxia específica.
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La primera explosión que se rastreó hasta su origen provino de una galaxia enana y llena de manchas con mucha formación estelar activa. Ese FRB envía explosiones repetidas de una sola fuente, que es una característica inusual, y ayudó a los astrónomos a localizar su galaxia anfitriona. Algo que se ha podido ir repitiendo lentamente con el resto de casos. Lo sorprendente es que esto ha mostrado que existe una lógica común en estos hechos, y es que varias surgen de los brazos de galaxias en espiral.