Si Carlo Ancelotti apelaba en la rueda de prensa previa que el duelo ante el Valencia de Supercopa de España era una buena oportunidad para 'olvidar' el mal partido en Villarreal, la cosa se quedó a medias. O prácticamente sin barrer. El objetivo del técnico italiano era, sobre todo, recuperar la consistencia en defensa, clave el año pasado para ganar Liga y Champions. El Valencia, pese a caer eliminado en los penaltis, fue un digno rival y salió, sin duda, reforzado de una semifinal en la que le faltó acierto, tanto durante los 120' de juego como en la tanda.
De hecho, en la retina de los valencianistas quedará un mano a mano de Fran Pérez (hijo del exvalencianista Rufete, por cierto) que sacó Courtois de forma magistral. Una mano prodigiosa. Volvió a aparecer el 'santo' de esta época para el madridismo. Antes, había tenido otras buenas oportunidades el conjunto de Gattuso. También el Madrid, claro.
DUELO DE IGUAL A IGUAL
Porque fue un duelo abierto y en el que cualquiera de los dos hubiera merecido pasar a la final. Y quedar eliminado. Finalmente, la 'lógica' se impuso desde los 11 metros y los galones blancos cuajaron una tanda perfecta. A pesar de celebrar de forma tímida el pase a la final, entre los jugadores parecía reinar una sensación que navegaba entre el alivio y la incredulidad. No esperaban tener que sufrir tantísimo para superar a un Valencia que llegaba bastante tocado y undécimo en la Liga Santander.
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En cualquier caso, el cuadro de Ancelotti ya está en otra final, a un paso de levantar un trofeo que le igualaría en lo más alto del palmarés de la Supercopa de España. Eso sí, todo tras quedar 'casi eliminados'. Por su lado, el cuadro 'che' cogió moral para lo que queda en el campeonato liguero. El proyecto de Gattuso salió reforzado a pesar de que anda bastante corto de fondo de armario.