Erling Haaland marcó el que, para muchos, ya es el gol de la Champions. El delantero noruego culminó un genial centro con un remate inverosímil, una patada voladora que rápidamente nos hizo recordar a un jugador de leyenda como Johan Cruyff.
El fútbol es terreno fértil para las comparaciones, y aunque a veces sus protagonistas las censuren (por miedo a no cumplir las expectativas, por la presión mediática), los aficionados las necesitamos para recrearnos, ilusionarnos y seguir viajando al pasado, el único espacio en el que nuestros ídolos no envejecen, a la espera de que los nuevos recuperen su legado con jugadas que, de golpe, te das cuenta de que ya sucedieron en blanco y negro.