Un honor, forastero
Arsenal y City han disputado encuentros con un once formado por extranjeros; el Real Madrid jugó sin españoles... El peso foráneo, a debate
A punto de cumplir 121 años de historia, los ‘merengues’ dejaron claro en Villarreal que el fútbol español no está en su mejor momento
Pirès, Vieira y Henry, tres mitos del Arsenal / Panenka
Que el Real Madrid saltase al Estadio de la Cerámica el fin de semana pasado con once futbolistas nacidos fuera del territorio español es un hecho histórico. Lo es para el conjunto blanco y también para el fútbol estatal. Nunca antes el Madrid, el club más laureado de la Liga con 35 títulos, había pisado el terreno de juego con una alineación sin ningún jugador local.
A punto de cumplir 121 años de historia, los ‘merengues’ dejaron claro en Villarreal que el fútbol español no está en su mejor momento. De hecho, Luis Enrique se llevó únicamente a Marco Asensio y Dani Carvajal para disputar el Mundial de Catar, e incluso se llegó a ver la foto del once titular de la selección española sin ningún jugador del Real Madrid. Fue en el tercer partido de la fase de grupos, en el duelo ante Japón en el que España a punto estuvo de ser eliminada antes de tiempo.
Ese día, el 1 de diciembre de 2022, la ‘Roja’ formó con Unai Simón (Athletic Club); Azpilicueta (Chelsea), Pau Torres (Villareal), Rodri (Manchester City), Balde (Barça); Busquets (Barça), Gavi (Barça), Pedri (Barça); Dani Olmo (Leipzig), Morata (Atlético de Madrid) y Nico Williams (Athletic Club).
En el segundo tiempo entraron Marco Asensio y Carvajal, pero en la imagen inicial no apareció ningún futbolista blanco. En Villarreal, Carlo Ancelotti no tuvo reparos en alinear a tres franceses, dos brasileños, dos alemanes, un belga, un austríaco, un croata y un uruguayo. “Fue una casualidad”, dijo el técnico italiano. Pero ese partido dejó un once inédito y para la historia.
Jugar con once extranjeros es una circunstancia excepcional en la gran mayoría de clubes del mundo, pero esta situación no acarrea un problema para la competitividad del equipo que protagoniza la curiosa escena. Que se lo pregunten a Arsène Wenger o a Manuel Pellegrini, ambos campeones de la Premier League, que disputaron partidos puntuales sin ningún futbolista inglés en el campo tras haber ganado el título.
El Arsenal de los ‘Invencibles’, el temible equipo liderado por Thierry Henry, levantó su última liga con una plantilla repleta de jugadores extranjeros –sobre todo, franceses–, aunque con dos británicos siendo titulares indiscutibles: Ashley Cole y Sol Campbell. De hecho, Campbell nunca fue suplente. Estuvo disponible en 35 de los 38 partidos ligueros, en nueve de diez encuentros de Champions, en cinco partidos de FA Cup y en la Community Shield.
Y en todos fue titular y jugó los 90 minutos. Nadie le sacó del once. Pero en ocasiones estuvo solo. Concretamente, en tres encuentros de Premier, ante el Chelsea, el Manchester United y el Leeds. Esos días, Ashley Cole fue baja y el Arsenal de Wenger formó con diez extranjeros y Sol Campbell dirigiendo a la defensa. Aquel equipo levantó la liga sin perder ningún partido. 26 victorias y 12 empates, de ahí el apodo de ‘The Invincibles’.
Pocos meses después de aquel logro, a los ‘Gunners’ les llegó el momento. Fue en el mes de febrero de 2005. Campbell se lesionó en el minuto 79 de un Arsenal-Manchester United disputado el 1 de febrero en Highbury. Dos semanas después, quien cayó fue Ashley Cole. No había ningún inglés más en la plantilla que les pudiera sustituir.
Tan solo quedaba un tercer portero, Stuart Taylor (Lehmann era el titular y Almunia, el suplente) y un centrocampista de los reservas que solía ir convocado y que disputó tres encuentros de League Cup, Ryan Smith.
En su mismo estadio y ante su afición, el Arsenal salió, el 14 de febrero de 2005 y ante el Crystal Palace, sin ningún futbolista local. Una circunstancia que repitió ocho días después en Múnich, en los octavos de la Champions: Lehmann; Lauren, Cygan, Kolo Touré, Clichy; Vieira, Pirès, Ljungberg, Edu; Reyes y Henry.
Exactamente lo mismo le sucedió al Manchester City de Manuel Pellegrini. La única diferencia con el Arsenal es que en la temporada en la que fue campeón sí hubo cuatro encuentros sin extranjeros. Concretamente, encuadrados entre noviembre y diciembre de 2013. Joe Hart era el portero titular. Y lo había jugado todo en las dos temporadas anteriores sin perderse un solo minuto de liga.
Pero en la campaña 13-14 fue suplente en siete encuentros en los que Pellegrini optó por el rumano Costel Pantilimon, con la casualidad que, en cuatro de ellos, el técnico argentino dejó en el banquillo a James Milner y Joleon Lescott, dos habituales. El City saltó ante el Tottenham, el Norwich City, el West Bromwich Albion y el Arsenal sin ningún futbolista británico.
Y fue campeón por segunda vez en tres temporadas. De hecho, el mismo Pellegrini no tuvo reparos en empezar el curso siguiente sin británicos. Lo hizo ya en la Community Shield, la supercopa inglesa. Y ante el Arsenal de Wenger. El City saltó con Willy Caballero en la portería; Clichy, Boyata, Nastasic y Kolarov en defensa; Fernando, Touré Yaya y Nasri en el medio; Jesús Navas, Dzeko y Jovetic en ataque. Ese día sí perdió. 3-0 ante un Arsenal con Gibbs, Chambers y Wilshere representando a Inglaterra.
El Chelsea fue campeón en las temporadas 14-15 y 16-17. No lo fue en la 15-16, precisamente en la que esa misma circunstancia sucedió. Los titularísimos John Terry y Gary Cahill fueron baja en el mismo período de abril de 2016. Pero el joven Ruben Loftus-Cheek salvaba la única plaza inglesa del once hasta que Guus Hiddink decidió dejarle en el banquillo ante el Bournemouth. Ese día, el Chelsea saltó al césped del Vitality Stadium sin ningún inglés: Begovic; Ivanovic, Azpilicueta, Rahman; Obi Mikel, Matic, Cesc, Willian; Hazard, Diego Costa y Pedro.
Campeón sin italianos
El paradigma de ese hecho histórico, el premio al mejor once sin locales, se lo lleva el Inter de Milán. El equipo dirigido por José Mourinho conquistó su tercera Champions en el Santiago Bernabéu sin italianos en el once. El 22 de mayo de 2010, el conjunto ‘nerazzurro’ hizo honor a su nombre. El Inter se fundó en 1908 tras una agria discusión entre socios del Milan Cricket & Football Club.
El Milan, pese a haber sido fundado por dos ingleses, se negaba a aceptar jugadores extranjeros en su club, un problema que varios miembros solucionaron creando el Internazionale, que se convertiría en el máximo rival histórico de sus vecinos.
Precisamente, en 2010 levantó la ‘Orejona’ ante el Bayern de Múnich con su equipo más internacional: Júlio César (brasileño); Javier Zanetti (argentino), Lúcio (brasileño), Walter Samuel (argentino), Chivu (rumano), Maicon (brasileño); Cambiasso (argentino), Sneijder (neerlandés); Pandev (macedonio), Diego Milito (argentino) y Samuel Eto’o (camerunés).
Con el título ganado y ya en el tiempo añadido, Mourinho homenajeó a Italia. Marco Materazzi, un ídolo en el Giuseppe Meazza, saltó al terreno de juego y se convirtió en el único futbolista italiano de esa final.
El Celtic de 1967
En las antípodas de ese Inter campeón está el Celtic de 1967. A la única Copa de Europa del conjunto escocés y a su historia –marcada por la política y la religión– no le podía faltar un apunte excepcional. Precisamente en la final ante el Inter, el Celtic consiguió el título continental más deseado formando un once con futbolistas nacidos en Glasgow o en los alrededores de la ciudad más poblada de Escocia.
Ningún jugador se alejaba de la localización geográfica donde radicaba su equipo. Y le ganaron al todopoderoso Inter de Mazzola y Facchetti. Eso sí, sin Luis Suárez Miramontes, que fue baja por lesión.
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