Roman Yaremchuk, ariete del Benfica, marcaba el miércoles por la noche el 2-2 ante el Ajax en la ida de los octavos de la Liga de Campeones. En la celebración exhibía una camiseta con el escudo de su nación, Ucrania, que nueve horas después sería atacada por Rusia.
Sin saberlo, Yaremchuk estaba iniciando con ese gesto una cadena de solidaridad del mundo del fútbol para con el pueblo ucraniano. Ruslan Malinovsky, los jugadores del Slavia de Praga y las plantillas de Barça y Nápoles exhibieron el jueves pancartas y camisetas con mensajes como ‘Stop War’ o ‘We stand with Ukraine’.
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La presión caló hasta en un organismo históricamente tan insensible como la UEFA, que decidió sacar la final de la Champions de la rusa San Petersburgo y llevarla a París.