Te gustarán más o menos sus chistes. Te sentirás más o menos cómodo cuando hace alguna de sus payasadas. Te harán más o menos gracia sus caras y bailes en Tik-Tok. Pero ahí están los 622 partidos, los más de 100 goles, las fintas y las internacionalidades; la profesionalidad, el compañerismo y el respeto de los entrenadores; los amigos y rivales que lo mantearon en el Benito Villamarín, el cariño del Sevilla, las ovaciones por todo el país.
Y, por encima de todo, el millón de euros recaudado en su partido homenaje y que irá destinado a luchar contra el cáncer infantil. Si el humor tiene límites, Joaquín es cosa seria. Un futbolista diferente, que ha estirado su carrera a base de esfuerzo, talento y sonrisas. Historia de la Liga: no es ninguna broma.