En-Nesyri salió al rescate de los "cabrones". Lopetegui dijo que había que sufrir como "cabrones" y así lo hicieron. Victoria sudada, trabajada, de las que saben a gloria. El fondo de armario salvó al Sevilla en El Alcoraz. En-Nesyri salvó al Sevilla en un partido durísimo ante un Huesca siempre bien plantado sobre el verde. Otra vez los errores en las áreas llevaron por el camino de la amargura al cuadro de Míchel. Sandro tuvo una ocasión clamorosa para abrir la lata al inicio de la segunda mitad, pero su error condenó a los suyos. El Sevilla se vino arriba y En-Nesyri selló un merecido triunfo en el tramo final.
El Huesca no cedió ni un palmo de terreno. Los hispalenses fueron los grandes dominadores de la posesión desde el inicio, pero el cuadro de Michel ya amenazó mediante un peligroso centro de Sandro que para ganar había que dejarse el alma. El Sevilla controló y controló en una primera mitad excesivamente plana, donde los de Lopetegui no encontraron resquicios al sólido muro altoaragonés. Hubo aproximaciones, pero Andrés Fernández se lo miró tranquilo. Tampoco se movió mucho Vaclik. Todo para el segundo tiempo.
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En la reanudación, sacudió el partido Sandro. El ariete dribló al meta checo, pero se le enredó el esférico antes de disparar. Incomprensible. La asistencia sin tocar el balón de Rafa Mir, para deleitarse una y otra vez. El intento altoaragonés hizo recapacitar a Lopetegui, que comenzó el carrusel de cambios. Le vinieron como anillo al dedo a su equipo, que se fue arriba sin dudarlo. Ocampos tuvo la primera tras una deliciosa pared con de Jong. También la tuvo Munir. Pero fue En-Nesyri, el revulsivo, el que apareció para rematar el centro del argentino. Euforia sevillista.