Esperó a que su equipo hubiera ganado por la mínima a Osasuna para que no le tacharan de ventajista. Con las pulsaciones aún elevadas tras el sufrimiento, Julen Lopetegui, siempre ponderado y reflexivo, dejó de lado su vertiente diplomática y tiró con bala contra las designaciones horarias. El Sevilla, que el miércoles a las 21.00 horas recibía al Krasnodar, afrontaba por segunda jornada liguera consecutiva un partido en menos de 72 horas respecto a la Champions League. Ya había sucedido la semana anterior con los duelos ante el Rennes y Athetic.
Las quejas del técnico guipuzcoano son fundamentadas, puesto que hoy, a las 18.30 horas, Levante, Alavés, Valladolid y Athletic Club, cuatro equipos que ven la jornada continental por el televisor, disputarán frescos sus compromisos domésticos. “Al artista -en referencia a los futbolistas- hay que cuidarlo; no se puede matar a la vaca lechera, hay que cuidar a los jugadores. Es incomprensible volver a jugar en menos de 72 horas ante un rival que llevaba preparando el partido ocho días, si se podía hacer mañana -por hoy domingo-”, estalló Lopetegui sobre el mismo césped del Ramón Sánchez Pizjuán.
Bajas previrus FIFA
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Ni Acuña ni Jesús Navas aguantaron la primera mitad. Ambos laterales fueron sustituidos por dolencias musculares. En el caso del palaciego, Luis Enrique le desconvocó para los compromisos de la selección española en la UEFA Nations League. Otro que acabó renqueante fue Youssef En-Nesyri. El marroquí también tuvo que ser relevado ante los rojillos. Ahora se esperan a las diversas pruebas para saber el alcance y el tiempo de baja de los tres futbolistas. A Julen Lopetegui se le ha agotado la paciencia. La acumulación de partidos es demencial y las designaciones horarias, tres cuartos de lo mismo.