No hay quién pare al Sevilla. Frente a otro de los equipos más en forma de LaLiga, el Athletic, y frente al estruendo de La Catedral, el equipo de Mendilibar igualó la batalla física y castigó un error tardío de Yeray para vencer con un gol de Ocampos de penalti (0-1).
Se citaban en el Sánchez-Pizjuán dos de los equipos más en forma de la categoría. El Athletic de Valverde, aupado a las puertas de la zona noble de la tabla tras sumar 13 de los últimos 15 puntos. Y el revitalizado Sevilla de Mendilibar, alejado ya de la amenaza del descenso, con la moral disparada tras borrar al Manchester United en la Europa League.
Empezó mejor el equipo local, espoleado por el rugido de San Mamés. El Sevilla se agarró al césped como pudo para aguantar las enérgicas acometidas del Athletic, que mordía en la presión sobre la primera línea visitante y bombeaba el área en envíos directos. Le salvó en dos ocasiones el VAR, que invalidó por fuera de juego un gol de Nico Williams y otro de Guruzeta antes de la media hora.
El equipo andaluz intentaba sortear la presión bilbaína con balones largos hacia sus delanteros, pero la imprecisión en los envíos apenas comportó peligro. Un centro lateral de Suso que Lamela no alcanzó a cabecear. Pero con el avance del crono, el duelo perdió algo de vértigo y se equilibró, si bien fue el Athletic el que siguió llevando la iniciativa. Un tiro desviado de Yuri desde la frontal, el intento más destacable.
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El cansancio afloró pronto en el Sevilla, que cambió cuatro piezas antes de la hora, entre ellos Navas por problemas musculares. Con energías renovadas, el cuadro hispalense presentó batalla en la medular. El duelo parecía condenado al empate hasta que en el 90’, un patinazo de Yeray terminó en penalti a Ocampos que el argentino transformó en el gol de la victoria hispalense.