España sucumbió ante el poder de la Italia de Chiesa. El delantero de la Fiorentina fue una auténtica pesadilla y acabó decidiendo el encuentro. Ceballos adelantó a la 'rojita' pero el cuadro italiano demostró más categoría. Debut amargo de España en el Europeo Sub-21
En Italia, ante la anfitriona y contra un rival repleto de talento. A eso se enfrentaba el cuadro de Luis de la Fuente en el Renato Dall'Ara. La 'rojita' apostaba por nutrir la medular para intentar llevar el peso del encuentro pero delante tenía a una 'azzurra' a la que tampoco le disgustaba la idea de llevar la batuta del partido.
Con Mandragora, Barella y Pellegrini en la sala de máquinas, Italia arrancó más fuerte que España, que alternaba posesiones largas con aguantar atrás. Italia sabía que maniatando a Ceballos tenía medio partido ganado. Pero eso no es tarea fácil cuando el centrocampista se pone la elástica roja. El madridista se acomodó el esférico, miró a Meret y le arreó un zapatazo que entró por toda la escuadra. 'Ceballazo' tremendo. Ceballos volvía a ser decisivo pese al plan de choque italiano.
Con el 0-1, España ofreció su mejor versión y tocó y tocó a placer ante una Italia que trataba de recomponerse. Con el paso de los minutos, la escuadra italiana fue ganando enteros y era capaz de discutirle la posesión a los españoles. De hecho, ambos conjuntos gozaban de posesiones largas pero sin mayor trascendencia.
El partido se había igualado. Tanto que Chiesa se encargó de empatar el partido. La pegada descomunal italiana salía a la luz. El jugador de la Fiore se zafó de Aguirregabiria y anotó disparando por el primer palo. Unai Simón podía haber hecho mucho más. 1-1 y quedaba toda la segunda parte.
Otra vez Chiesa
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En la reanudación, Italia fue claramente a más y acechó la meta de Unai Simón hasta que Chiesa terminó decidiendo en una jugada embarullada. Los méritos italianos se veían reflejados. Con el 2-1, España reaccionó y De la Fuente introdujo cambios para darle la vuelta al partido. No obstante, un agarrón de Carlos Soler terminó derivando en una pena máxima que Pellegrini no iba a fallar. Estreno amargo en el Europeo.