Lo que en casi ningún país ocurriría, tristemente ocurre en España. Gerard Piqué volvió a ser pitado por los seguidores de la selección española durante el partido que los hombres de Vicente del Bosque disputaron ante Luxemburgo en Las Gaunas.
A varios seguidores que se dieron cita en Logroño para animar a la selección, les dio igual que el seleccionador, Iniesta, Nolito o Etxeita quitaran hierro horas antes a un tema que ya huele. El grueso de la selección campeona de Europa y del Mundo ha repetido en infinidad de ocasiones que los pitos a un jugador afectan a todo el grupo, pero esas palabras no convencen a los aficionados maleducados.
Lejos de animar a los suyos, se lo siguen pasando mejor abucheando entre risas a un jugador porque no son capaces de respetar una opinión diferente a la suya, incapaces también de discernir entre deporte y política.
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Ya en el entrenamiento previo al partido se escucharon los primeros pitos y en el partido se volvieron a repetir, como también sucedió en el España-Eslovaquia del pasado 5 de septiembre en el Carlos Tartiere de Oviedo. Hechos lamentables que dicen muy poco en favor de España ante Europa y el resto del mundo.