Andrés Iniesta, Jordi Alba, Gerard Piqué y André Ter Stegen se erigieron en protagonistas de un vibrante duelo entre los dos últimos campeones del mundo que no decepcionó a nadie.
Alemania y España ofrecieron un pulso de alto nivel en el que la representación blaugrana se encargó de dejar su sello. Un buen augurio de cara al tramo decisivo de la temporada.
Los cuatro culés demostraron que llegan al momento importante en plena forma y ofreciendo buenas sensaciones.
El más discreto fue Piqué, recién salido de un proceso febril que mermó cláramente su rendimiento. Pero el resto rallaron a una gran altura.
Iniesta se convirtió en el maestro de ceremonias desde esa posición de director de orquesta en la que le situó Julen Lopetegui y Jordi Alba fue el puñal que el Camp Nou está acostumbrado a disfrutar. Sin un extremo por delante, el lateral campó a sus anchas llegando una y otra vez hasta la línea de fondo.
Entre Iniesta y Jordi Alba comandaron el juego de ataque de España sirviendo balones de gol a sus compañeros. Rodrigo aprovechó el primero que le puso Iniesta, mientras que Isco no supo culminar una de las muchas llegadas de Jordi Alba.
El manchego y el catalán, sin embargo, se toparon con su compañero Ter Stegen, que se fue agigantando hasta convertirse en una muralla bajo la portería de Alemania.
El portero del Barça no pudo hacer nada en el gol de Rodrigo. Iniesta dejó solo al delantero del Valencia, que solo tuvo que elevar el balón ante la desesperada salida del alemán.
Ter Stegen se resarció en un segundo tiempo en el que evitó dos goles cantados de Isco y Diego Costa, en sendos remates a bocajarro.
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Fueron dos paradas de colocación y reflejos, especialmente la segunda, en la que el colchonero tuvo hasta tiempo de preparar el remate.