El 1x1 de España ante Suiza

Una salida de su área estuvo a punto de costar un disgusto, ya que perdió el balón con la portería desguarnecida, pero es lo que le exige Luis Enrique. Al margen de esa accón puntual, dio continuidad al juego en la salida de balón y en ese aspecto demostró ser un pelotero y tener mucha sangre fría.

Con Marcos Llorente y Ferran Torres por delante, su participación ofensiva se reduce. Se centró en tareas defensivas para mantener su lateral fuera de peligro. Sufrió un poco en las acciones a balón parado de Suiza. Por lo demás, tuvo un partido cómodo.

Exceputando alguna acción aislada, como ese penalti absurdo que estuvo a punto de cometer por manos mientras forcejeaba con Embolo, se mostró muy concentrado para mantener la línea defensiva muy arriba. Le faltó un poco de atrevimiento en la salida de balón.

Símplemente granítico. Fue implacable en la marca con Embolo, que acabó aburrido con la anticipación y la fortaleza del central español. En su debe, como en el de su pareja de baile, Diego Llorente, le faltó un poco de atrevimiento para iniciar el juego de ataque con más agresividad.

Durante muchas fases del encuentro se convirtió en un delantero más. Combinó con mucho peligro con Sarabia, que centró su posición para dejarle el carril libre. Cada centro suyo lleva sensación de peligro.

En su primera titularidad como interior aportó dinamismo al centro del campo con su movilidad, su verticalidad y su capacidad para pisar el área. De sus botas salió el pase de gol con el que Sarabia abrió el marcador. Su potencia le hizo rozar el gol en la segunda parte.

Fue un alivio para los centrales, facilitándoles la salida de balón con su jerarquía y conocimiento del juego de posición. Cubrió mucho terreno en la presión y dio velocidad a la circulación de balón, encontrando a sus compañeros con facilidad.

Omnipresente. Es un espectáculo verle evolucionar sobre el céspes. Sacó de sus casillas a la defensa Suiza con su agobiante capacidad para presionar. Va a por todos los balones como si fueran el último. Su despliegue defensivo estuvo a la altura de su capacidad para ofrecerse una y otra vez en ataque. La grada del Stade de Genève se rindió cuando salió de una presión con un sombrero.

Es un guerrillero incansable. Aplicado en la presión, un robo de balón suyo propició la jugada del gol de Sarabia. Al margen de su trabajo defensivo, su movlidad en ataque es un regalo para los centrocampistas. Por algo es indiscutible para Luis Enrique y para Xavi en el Barça.

Clave para dar continuidad al juego de ataque. Sacó de posición a los centrales una y otra vez para desahogar el juego y propiciar los desmarques de los extremos y los interiores.

Junto a Unai Simón y Gavi es el único que ha sido titular en los tres partidos de esta Nations League. La confianza que le ha dado Luis Enrique le está convirtiendo en uno de los líderes de la selección española. El gol fue el premio a su buen juego, aunque el esfuerzo le pasó factura y tuvo que ser sustituido mediado el segundo tiempo.

Salió para jugar de extremo izquierdo, jugó unos minutos de falso ariete cuando Morata abandonó el terreno de juego y acabó de extremo derecho.

Aportó pausa para retomar el control del juego cuando más presionaban los suizos.

Instalado en la banda izquierda, apenas le llegó el cuero. Aún así, encontró espacios para ensayar su potente disparo.

Dio actividad a la presión y a la circulación de balón cerca del área suiza.