El Estadio Municipal de Braga, escenario del Portugal - España que deberá decidir qué selección obtiene el último billete para la final a cuatro de la Nations League, contará con unos 1.800 aficionados españoles, según las previsiones de la RFEF.
La importancia del partido (a España solo le vale ganar para repetir presencia en la final), el nivel de ambas selecciones y la cercanía de Braga con respecto a España -a poco más de una hora en coche desde Vigo- propiciarán la llegada de numerosos aficionados españoles.
España busca unirse a los tres equipos que ya tienen asegurada su presencia en la final, que se disputará en el mes de junio en los Países Bajos: además de la selección 'oranje', Croacia e Italia estarán en la final.
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El estadio de Braga será otro de los alicientes para que los aficionados españoles se acerquen a la ciudad de los obispos, situada en el norte de Portugal, a unos 54 kilómetros de Oporto: inaugurado en 2003, está excavado en una antigua cantera de granito, no tiene gradas en los fondos y cuenta con dos grandes gradas en ambos laterales, 'Nascente' y 'Ponente'. Es una de las obras más conocidas del reputado arquitecto portugués Eduardo Souto de Moura.