Osasuna y Reus demostraron en el Sadar el porqué de sus dudosas trayectorias como locales y como visitantes. Al equipo rojillo no le bastó sus arreones tras cuajar un flojo encuentro, mientras que el Reus fue de más a menos y careció de acierto en el último pase y en la definición.
Primera parte de lo más tosca en el Sadar, con un Osasuna ramplón y sin capacidad ofensiva ante un Reus mejor plantado y que hizo méritos para adelantarse. Los primeros acercamientos llegaron por medio de Yoda y un balón filtrado por Juan Domínguez con mucho peligro que Máyor no pudo concretar en gol.
El equipo de Aritz López Garai era capaz de rondar el área de Oier aunque no finalizaba bien sus jugadas. Dentro del centrocampismo campante, la opción más clara fue del conjunto rojinegro a la media hora de juego. Yoda, tras una triangulación, recogió un balón en la frontal y tenía todo a su favor para regalarle a Fran Carbia la ocasión de marcar. Sin embargo, el francés la entregó fatal y desperdició una oportunidad pintiparada.
El galo Yoda empezó la segunda mitad al igual que la primera, y avisó con un par de disparos timoratos desde la frontal. Su equipo, además, volvió con brío y encerró a un Osasuna parco en el juego y que recibió los primeros pitos de su parroquia.
El cuadro navarro, desdibujado, empezó a quitarse el polvo con un gol de Quique que el árbitro anuló por fuera de juego. El propio Quique tuvo de nuevo el 1-0 en sus botas en un zurdazo al palo largo que se estrelló en la madera.
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El encuentro pasó a tener claro color rojillo, aunque el Reus no sufría para mantener su portería a cero. La lesión de Vitor Silva tampoco cambió el guión de un choque escaso de revoluciones y con un equipo pamplonica que llegaba al área de Edgar Badia a trompicones. La escuadra del Baix Camp lo aprovechó para volver a crear peligro en el tramo final, y David Querol tuvo el 0-1 en un remate que se fue lamiendo el palo.