El Nàstic de Tarragona llega en cuadro a una de sus semanas más decisivas de la temporada. El conjunto catalán recibirá el sábado al colista Mirandés en un pulso crucial para la permanencia. Después del 0-0 cosechado ante el Mallorca, los de Juan Merino se encuentran a un punto de la zona de descenso, y a apenas cinco del último clasificado. No hay margen de error... pero el equipo está muy ‘tocado’ por sus numerosas ausencias.
Hasta siete bajas tiene, a día de hoy, el técnico del Nàstic para preparar el partido ante los burgaleses. A las ya sabidas de Djetei, Cordero y Luismi, este fin de semana, ante el Mallorca, se sumaron cuatro más: Manu Barreiro y Madinda, que son seria duda por lesión; y Juan Muñiz y Mossa, sancionados por acumulación de amonestaciones.
Madinda tuvo que ser sustituido, cojeando, apenas superado el cuarto de hora de juego por unas molestias en el isquiotibial izquierdo. Y Barreiro tiene ‘tocado’ el aductor izquierdo. Las pruebas médicas determinarán en las próximas horas si estarán en condiciones de jugar ante el Mirandés.
El conjunto burgalés afronta con esperanza su visita al Nou Estadi gracias a su último triunfo ante el Alcorcón (2-0), resultado que le permitió romper una racha de tres derrotas consecutivas. Su entrenador, Pablo Alfaro, expresó el alivio general de su plantilla con una frase elocuente nada más acabar el encuentro: “¡Estamos vivos!”. El Nàstic lo sabe, y suspira por recuperar efectivos antes del sábado.