Como dirían en el siglo XV en tiempos de Isabel la Católica, “a buenas horas, mangas verdes”. El Nàstic mostró una de sus mejores versiones este pasado sábado ante el Mallorca y sumó un triunfo por 2-1 que hace un mes habría sido un golpe moral para seguir creyendo en la permanencia. Pero ahora ya es tarde. Con el equipo matemáticamente ya descendido, estos tres puntos poca utilidad tienen más allá de limpiar la imagen de un equipo que ha pagado cara su mala planificación deportiva y que entró en la competición demasiado tarde.
“La victoria sirve para demostrar que tenemos orgullo”, indicó Enrique Martín después del partido. El técnico ha insistido siempre en ver el lado positivo de las cosas y ante los bermellones sus pupilos se lo pusieron fácil. “El equipo ha jugado con intensidad y esta vez ha encontrado el gol. En el aspecto defensivo hemos estado más acertados que otros días. Hasta el final este equipo no va a bajar los brazos”, insistió Martín.
El conjunto grana jugó con mucha personalidad y se mostró más suelto, probablemente fruto de la poca presión que los jugadores tenían sobre sus cabezas. “El tema mental es muy importante. El Mallorca era el que tenía la responsabilidad, pero ellos no han estado como normalmente suelen porque enfrente tenía un equipos más liberado”, explicó Enrique Martín.
El papel de Kante
NOTICIAS RELACIONADAS
En el triunfo contra el Mallorca hubo un nombre propio destacado: José Kante. El delantero se sacó un latigazo desde fuera del área en el tiempo de descuento que dejó los tres puntos en casa cuando parecía que las tablas serían definitivas. Kante ha participado en los últimos doce partidos, aunque últimamente lo hace más como revulsivo. Preguntado por ello, Martín indicó que “cuando entra en la segunda parte y los equipos están cansados tiene un mejor rendimiento”.