Derrota inverosímil del Nàstic de Tarragona ante un Real Oviedo que aún no había ganado fuera de casa. Barreiro avanzó a los locales, pero Carlos Hernández a la salida de un córner y Áaron Níguez de penalti en el último minuto, pusieron el triunfo azulón en el marcador.
El Nàstic de Tarragona sigue sin encontrar la regularidad. Y sigue sin ser el equipo feroz que es fuera de casa. En la primera parte, los granas fueron de menos a más ante un Real Oviedo que tampoco arañó.
Un error de Perone facilitó un penalti en contra que Saúl Berjón perdono con un chut muy desviado por encima la portería de Dimitrevski. Una de cal y otra de arena. Pizarro Gómez señaló pena máxima en el área contraria en una falta sobre Uche y Barreiro no perdono y puso el primer tanto del choque.
La segunda parte fue peor para los de Rodri. Los carballones salieron mejor y achucharon más y en la salida de un córner Carlos Hernández empató el partido.
El Nàstic no supo desencallar la buena presión del Oviedo y lo acusó. Ni Barreiro con una falta en la fronta, ni Uche con un remate ante Juan Carlos que se le fue lamiendo su palo derecho, supieron desencallar el empate. Los granas no fueron mejores ni con un hombre menos por la doble amarilla y expulsión de Carlos Hernández.
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El jarrón de agua fría llegó en el último minuto del choque. Suzuki derribó a Mossa, que supo cómo caer en el interior del área. Pizzaro Gómez señaló penalti y Áaron Ñíguez transformó para llevarse el partido.