El Nàstic volvió de vacío del Carlos Tartiere. Tras los vitales triunfos logrados ante Lugo y Valladolid, los de Nano Rivas se quedaron sin sumar nada en su visita al Oviedo .
El conjunto catalán afrontaba el partido con la moral por las nubes y la posibilidad de distanciarse definitivamente de la zona baja con una victoria. El Oviedo, por su parte, también necesitaba conseguir la victoria para meterse en puestos de playoff y continuar en la pelea por el ascenso.
Pese a lo que se jugaban ambos equipos, el partido estuvo marcado por la falta de fútbol y ocasiones claras. Un encuentro plano que desniveló un futbolista diferencial como Sául Berjón, tras una combinación con Toché y un remate inapelable que se coló en la portería defendida por Dimitrievski a la media hora.
El conjunto de Anquela se puso por delante en el marcador y a partir de ahí supo cerrar filas para evitar que el Nàstic se desplegara con espacios. Nano Rivas buscó alternativas con el buen toque de Juan Muñiz y los centímetros de Manu Barreiro.
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El partido entró, sin embargo, en una espiral de interrupciones que terminó con 10 amarillas en la segunda mitad y de la cual salió perdedor el Nàstic. Hasta siete jugadores del equipo visitante terminaron amonestados, incluyendo la expulsión por doble amarilla de César Arzo tras cortar una contra. Una decisión muy criticada por los visitantes. El Nàstic se queda con cinco puntos de ventaja sobre el descenso, que podrían ser dos si gana el Barça B.