El Leganés, con uno menos durante cincuenta minutos, defendió con acierto el gol tempranero que le dio ventaja contra el Sporting (1-0) y que le permite mantenerse en las inmediaciones de los puestos de promoción de ascenso tras tres jornadas sin conocer la victoria.
La cita llegaba envuelta en unos precedentes muy favorables para los asturianos, que solo habían perdido una vez en los 21 enfrentamientos previos. Sin embargo, solo hicieron falta cuatro minutos para que las estadísticas saltasen por los aires.
Un córner sacado al primer palo lo despejó la defensa visitante y el esférico cayó en los pies de Raba. Le pegó éste desde la frontal en dirección a la portería y Juan Muñoz lo tocó lo justo para despistar al guardameta y adelantar al Leganés.
Pudo sangrar más aún el cuadro rojiblanco en otro saque de esquina, pero Franquesa envió el esférico alto a la media vuelta desde el interior del área. A partir de ese momento, el duelo entró en un letargo de casi media hora. Lo rompió una acción aislada, la roja directa a Shibasaki por una patada demasiado alta en el centro del campo. En superioridad numérica, se vio al Sporting algo más voluntarioso, pero su receta de colgar balones al área no le dio resultado.
Aún así persistió en ella a la salida de vestuarios, generando incertidumbre en un anfitrión que trataba de no mostrarse débil pese a lo adverso de la situación en la que estaba. De hecho, tuvo opciones de pisar área contraria, generalmente sacando rédito de los problemas en la salida de balón del Sporting. De esta manera, veinte minutos más pasaron sin que sucediera nada reseñable a excepción de un disparo desde la frontal de Pedro Díaz que atrapó sin problemas Riesgo. La réplica la puso en el otro área y de igual modo Arnáiz, pero Cuéllar no estuvo tan acertado y a punto estuvo de regalarle un gol a su exequipo. La pelota finalmente se fue a córner tras rozar el palo.
A partir de ahí, llegó el obligado paso adelante de los gijoneses. Y con él dos remates de Jeraldino, uno que no entró por poco y otro que desvió Riesgo con una providencial parada. Sin embargo, esa ambición hizo que el equipo se expusiera y, en una contra, Rosas derribó a Arnáiz cuando éste se iba solo y generó equilibrio numérico con su expulsión.
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Pudo respirar entonces el Leganés, que amenazó mediante un cabezazo de Sergio González que obligó a estirarse a Cuéllar y se centró en cerrar un triunfo que le había sido esquivo las tres últimas jornadas pese a que solo ha cosechado una derrota en sus últimos quince choques.