Osasuna no será, no obstante, un rival fácil, dada su complicada situación en la tabla, a un solo punto de la zona de descenso y con ultimátum para su entrenador, el polaco Jan Urban, tras caer en Albacete y acumular tres partidos seguidos sin marcar.
El panorama para los blanquirrojos es muy distinto, en un buen momento de juego que les ha aupado al coliderato. El técnico del Girona, Pablo Machín, afronta el encuentro con las bajas del sancionado Eloi Amagat y el lesionado David Juncà, por cuarta jornada consecutiva.
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“No quiero ver a mi equipo calmado porque el objetivo es ganar el máximo número de partidos sin fijarse otras metas”, confesó Machín, antes de avisar sobre la dificultad del rival: “Osasuna tiene dos caras: una, la de perder por dos goles de diferencia y, la otra, la del orgullo y la casta en casa de marcar tres goles y dar la vuelta, como hizo con el Betis”.